西班牙语阅读:暮光之城-暮色(10)
Era imposible permanecer en aquella casa y no darse cuenta de que Charlie no se habíarepuesto de la marcha de mi madre. Eso me hizo sentir incómoda.
No quería llegar demasiado pronto al instituto, pero no podía permanecer en la casa mástiempo, por lo que me puse el anorak, tan grueso que recordaba a uno de esos trajesempleados en caso de peligro biológico, y me encaminé hacia la llovizna.
Aún chispeaba, pero no lo bastante para que me calara mientras buscaba la llave de lacasa, que siempre estaba escondida debajo del alero que había junto a la puerta, y cerrara. Elruido de mis botas de agua nuevas resultaba enervante. Añoraba el crujido habitual de la gravaal andar. No pude detenerme a admirar de nuevo el vehículo, como deseaba, y me apresuré aescapar de la húmeda neblina que se arremolinaba sobre mi cabeza y se agarraba al pelo pordebajo de la capucha.
Dentro del monovolumen estaba cómoda y a cubierto. Era obvio que Charlie o Billydebían de haberlo limpiado, pero la tapicería marrón de los asientos aún olía tenuemente atabaco, gasolina y menta. El coche arrancó a la primera, con gran alivio por mi parte, aunqueen medio de un gran estruendo, y luego hizo mucho ruido mientras avanzaba al ralentí.Bueno, un monovolumen tan antiguo debía de tener algún defecto. La anticuada radiofuncionaba, un añadido que no me esperaba.
Fue fácil localizar el instituto pese a no haber estado antes. El edificio se hallaba, comocasi todo lo demás en el pueblo, junto a la carretera. No resultaba obvio que fuera una escuela,sólo me detuve gracias al cartel que indicaba que se trataba del instituto de Forks. Se parecía aun conjunto de esas casas de intercambio en época de vacaciones construidas con ladrillos decolor granate. Había tantos árboles y arbustos que a primera vista no podía verlo en sutotalidad. ¿Dónde estaba el ambiente de un instituto?, me pregunté con nostalgia. ¿Dóndeestaban las alambradas y los detectores de metales?
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