西班牙语阅读:暮光之城-暮色(12)

Trajo varias cuartillas al mostrador para enseñármelas. Repasó todas mis clases y marcóel camino más idóneo para cada una en el plano; luego, me entregó el comprobante deasistencia para que lo firmara cada profesor y se lo devolviera al finalizar las clases. Mededicó una sonrisa y, al igual que Charlie, me dijo que esperaba que me gustara Forks. Ledevolví la sonrisa más convincente posible.
Los demás estudiantes comenzaban a llegar cuando regresé al monovolumen. Los seguí,me uní a la cola de coches y conduje hasta el otro lado de la escuela. Supuso un aliviocomprobar que casi todos los vehículos tenían aún más años que el mío, ninguno eraostentoso. En Phoenix, vivía en uno de los pocos barrios pobres del distrito Paradise Valley.
Era habitual ver un Mercedes nuevo o un Porsche en el aparcamiento de los estudiantes. Elmejor coche de los que allí había era un flamante Volvo, y destacaba. Aun así, apagué elmotor en cuanto aparqué en una plaza libre para que el estruendo no atrajera la atención de losdemás sobre mí.
Examiné el plano en el monovolumen, intentando memorizarlo con la esperanza de notener que andar consultándolo todo el día. Lo guardé en la mochila, me la eché al hombro yrespiré hondo. Puedo hacerlo, me mentí sin mucha convicción. Nadie me va a morder. Alfinal, suspiré y salí del coche.
Mantuve la cara escondida bajo la capucha y anduve hasta la acera abarrotada dejóvenes. Observé con alivio que mi sencilla chaqueta negra no llamaba la atención.
Una vez pasada la cafetería, el edificio número tres resultaba fácil de localizar, ya quehabía un gran «3» pintado en negro sobre un fondo blanco con forma de cuadrado en laesquina del lado este. Noté que mi respiración se acercaba a hiperventilación al aproximarmea la puerta. Para paliarla, contuve el aliento y entré detrás de dos personas que llevabanimpermeables de estilo unisex.
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